Durante mi viaje,
sentí
un calor inexplicable y placentero
una melodía de ternura en el límite
de mí
que me llamaba a otro
universo inexplorado.
Nada te fue ajeno y, sin
embargo,
no navegaste por el mar que
te esperaba.
Vi una llama en lontananza
que no llegaba a consumirse,
ni prendió la madera de mi
anhelo.
Madera fría y suspirando
por un ardor que recorría los
perfiles limitantes
de mi celda exterior.
La libertad
hubiera sido herir el
pensamiento de terceros
saltarnos el umbral de su mirada
ser nosotros, tú y yo, de
otra manera.
Dar celos a las flores, a los
sueños,
reinventar esencias, definir
sudores
y demostrar que el calor no
siempre quema.
Libar en tu flor de perfume
placentero,
entregarnos por fin al tacto
de la seda,
rediseñar nuestros perfiles
en un paisaje
aún inexistente.
aún inexistente.
No fue más que un sueño,
amor,
y sin embargo,
el regreso no ha sido el despertar,
el regreso no ha sido el despertar,
sino una invitación para
vivirlo.
Día mundial de la poesía, 21-03-13
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